Diarío de Poesía. Diciembre / Enero de 1991

FOTOGRAFIANDO Y OTROS POEMAS 

ANA CRISTINA CESAR

 

 

Ana Cristina Cesar

Ana Cristina Cesar pertenece a una generación que no anduvo con vueltas y puso la cara y el pecho a lo que viniese. La mejor definición de la forma en que ella hincó los dientes en la vida se encuentra en uno de sus versos: Estoy viviendo de hora en hora con infinito temor . En ella entonces, hubo una intensa fusión entre su escritura y la vida, y para entender a esta integrante de la generación del ´70 en el Brasil, conviene recordar el nombre de otra creadora, de otra mujer con el mismo destino transgresor y la muerte en la treintena, Janis Joplin, a quién Alejandra Pizarnik dedicó un poema en el que decía unas palabras que también la definen a Ana Cristina Cesar: Tus ganas de ladrar en vez de / a cantar dulce y a morirse luego..."

Para entender la poética de Ana Cristina Cesar hay que echar un vistazo al momento histórico que atravesaba el Brasil de fines de la década del ´60 y principio del ´70. En 1961, Castelo Branco inició una dictadura que llegó a su mayor grado de salvajismo y represión entre 1964-68, período en el que muchos tuvieron que exiliarse, entre ellos, Caetano y Gilberto Gil, que ya habían iniciado el movimiento Tropicalista y se habían convertido en gurús de la juventud, y el poeta Ferreira Gullar que se había radicado en Buenos Aires.

Los integrantes del ´70 se alejaron de los postulados y de la vertiente poética-política que había caracterizado a su predecesores, la generación del ´60. Así, los del ´70, en un momento especialmente espinoso de la historia brasileña, se volcaron a la experiencia personal, al contenido de la propia existencia como espacio de crítica social. Surgieron así la primera persona, la escritura de la pasión y del miedo como respuestas críticas.

Como forma de vida, los integrantes de esta generación -y la mayor parte de la juventud de ese momento- eligieron la filosofía del instante, el hippismo, las drogas, un comportamiento que fue tolerado -por no decir propiciado- por el sistema represor. Un verso de Cacaso define la concepción vital de ese momento: poesía / yo no te escribo / yo te / vivo / y viva nosotros".

Ana Cristina Cesar rechazó, como otros integrantes de esta generación, al primado de lo intelectual y esta característica se define como factor estructurante de la nueva dicción poética. En ella abunda la subjetividad lírica, el recorte del instante, el flash explicando un sentimiento trágico o absurdo de lo cotidiano, la ironía, el humor y un rasgo distintivo suyo es lo que crítica Heloisa Buarque de Hollanda llamó: un ejercicio casi obsesivo de la correspondencia"

Ana Cristina Cesar escribió sin duda una de la poéticas más interesantes de su generación. Una obra breve, vital, fugaz. Fue una transgresora, y es, hoy, para los jóvenes, un punto de referencia obligado o, como dijo su amigo e interlocutor, el poeta Armando Freitas Filho cuando ella decidió suicidarse en 1983: ella queda como una fiera . Y así, como una fiera, marcó sus dientes en la poesía, en la vida.

Agustina Roca

 

NO, LA POESÍA NO PUEDE ESPERAR

No, la poesía no puede esperar.
El velero toca las tierras heladas del extremo sur.
Escapo a los aullidos en el coche.
Hoy ¿vos sabés de eso? ¿sabés de hoy? ¿Sabés que cuando
digo hoy, hablo precisamente de ese extremo ríspido,
de este punto que parece el último posible? 

La garganta sale lejana,
lejos de ti mal creo que te amo,
Corto el tránsito y patino

¿Qué lugar ocupa este deseo de frutas?

Esta es la primera hoja abierta

 

FAMA Y FORTUNA

Estampillé mi nombre tantas veces
y ahora me vuelvo noticia de diario.
Duele cuerpo -línea neurálgica vía
corazón. Los vecinos de abajo
imploran mi expulsión inmediata.
No oyeron el frenesí pianísimo de la lluvia
ni la primera historia propia de terror:
en el Madame Tussaud el asesino esculpía
las víctimas en cera. Se volvió noticia.
Manejo mi coche. Miro la bahía a lo lejos,
en la bruma de neón, y pienso en Haia,
Hamburgo. Dover, anclas levantadas
en Lisboa. No llegué al nuevo mundo.
Nada es nacional. Caigo en mi salto,
duele la culpa intrusa: haber robado
tu derecho de sufrir. Robé tu
sordina, me lancé al mar,
estoy haciendo agua. Dame el bote.

DÍA 16 DE OCTUBRE DE 1983

Primera noche decente. Soñé con el consultorio de Mary atravesa-
do de papel higiénico, gran confusión: ¿quién sería? ¿Analista,
amiga o enamorada? ¿Ninguna de las tres? Ahora no quiero
computar pérdidas. Perder es una paliza. Allá afuera hay sol,
quien escribe deja un testimonio. Recalentando: Tiré algunas cosas
ya escritas porque no eran el testimonio que quería dejar. Es otro.
Distinto ahora. Creéme si podés. Rejane cerca, acompañando mis
adelantos. Pido a ella encarecidamente que me haga el favor de
recordarlos. ¡Yo misma me ejercito, pero que pésima memoria! 

Notas, Armando. La memoria ¡Débil para los progresos! Basta de
pajerías, Poesía vendrá cuando pueda . Mientras tanto, Hijo, es eso
apenas. Salí al sol donde intenté un do-in, me siento agotada ¿Te
acordás que el diario era alimento cotidiano?¿Qué importa la
mala fama después que estamos muertos? Importa tanto que abrí
la lata de basura: quiero otro testimonio. Diario no tiene gracia,
pero cobija, se agarra de nuevo la birome abandonada y el
interlocutor es fundamental. Escribo para vos, sí. De la cama del
hospital. La babosa cuando pasa deja un rastro plateado. Lean si
son capaces.

 

FOTOGRAFIANDO

Hoy estos placeres de lo banal me recuerdan
cuando yo te amaba a la distancia-
trote galope de dos caballos por el campo
abro el libro del deber muy rápido
sacudo las hojas desde lo alto de la cabeza
y cae un aviso, manía de segregación
"en aquel día..."
Resplandecí.

NO SE AMARTE

No sé amarte, no sé porque vos
pediste más guita, no me conozco más, me pierdo,
quiero que hagan mi horóscopo, que digan "vos sos
así", gustate o reeducate, ¿cómo es que voy a
gustar? ¿de mí, de vos? Vos no tirás de vuelta el hilo que decís que
tenés, no perseguís el asunto, decís
"buenas tardes" no decís como antiguamente"no llorés".

Una estupidez.
Arrepentimiento de no haber traído una ampolleta.
Silenciosa como una azafata en la hora de descanso
que se descalza sin querer,
Un cabeceo de turbulencias leves.
Ahora estoy convencida de que nada podría deshacer
este cuarteto de Alejandría.
La afasia del fantasma.
Duelo del hombre-araña.
Parece pasar sin dejar marcas.
Mirá, ellos reaparecen.
No quiero ese lugar de pájaro celeste

 

NO ENCUENTRO

No encuentro
en medio de todas esas historias
alguna que sea la mía.
Ninguno de esos temas me consuela.
Espero ardientemente que me telefoneen.
Espero que la lluvia pare y los trenes vuelvan a circular.
Espero como si estuviese en Lisboa
Y sintiese saudades de Lisboa.
Golpearían la puerta, llegarían los parientes queridos, muertos
recientes
y no me doy por satisfecha. ¡Más los personajes en la noche del
¡estreno! ¡inmediatamente antes!
¡La goma, el brillo en el camarín!

 

TODA SAUDADE DESOBEDIENCIA

Toda saudade desobediencia.
Espacio! Este cielo ensordecedor.
Caen piedras de hielo.

Lo que yo no decía era materia para pequeños traslados.
Subía a la boca del subterráneo. Golpe de aire insensible,
a los pájaros de la tarde. Podía ser otra, la ciudad.

Levemente! La luz se rompe a través de los vidrios.
Voy a saltar y me agarran por el pie.
Quién manda.
Tal vez comenzando a diseñar.

 

ENTRANDO POR PRIMERA VEZ

Entrando por primera vez
en el espacio cerrado de la casa.
Pura tempestad, cántaros, delicia.
Gozo despierta, huerto y hotel.
La ciudad inundándose
"Ahora soy tu amante: ya puedo salir de madrugada"
Ya me puedo saciar y no soy ladrona.
¡Pickpocket!
Desperdicio.
Hacer dedo.
Tranco.
Fog.
Cierta noche se hincha el desconsuelo.
Farol antineblina. Bliss también.
Pensé que no vendría más aquí
Pero aquí estoy

Traducción: A.R