Revista Puro Cuento. Noviembre / Diciembre de 1988

DARLING, O DEL AMOR EN COPACABANA 

SONIA COUTINHO

 

 

Y bien, hoy es domingo de mayo. nos conocimos en la playa, había llegado como todas las mañanas, a las once y media, altanera, equilibrada en el tope de esas sandalias de punta recortada, mostrando las uñas de los pies que siempre he mantenido en un rojo-fosforescente impecable, sexy a rabiar, y cuyos gruesos tacones disfrazaban el volumen un tanto desmedido de los últimos tiempos en mis caderas y muslos (estaba y aún estoy esperando el resultado de los masajes electrónicos semanales a 50 cruzeiros la sesión, qué caro, mi dios, resulta el pasaje de los treinta),
Me saqué la salida-short amarillo- yema y exhibí, con orgullo, el bikini nuevo del mismo color y mi cintura perfecta, provocando envidia a las jovencitas de los alrededores, como a esas dos vanidosas panza-abajo, bronceadas-casi.negras-billando-bajo-el-sol, al lado del sujeto, seguramente extranjero, rubio, descolorido, leyendo su pocket-book,
Allí desdoblé la estera, me senté, dejé el viento acariciar mis cabellos Blond-Roux n° 5, destapé el aceite bronceador y mientras comenzaba a desparramarlo por el cuerpo, oh penetrante aroma, ese olorcito de felicidad, vi aproximarse sonriendo, evitando con elástica agilidad a esos dos perros que, persiguiéndose desparramaban arena para todos lados, a ese joven de unos 20 y pocos años (el tórax musculoso moreno) (¡qué dientes blancos parejitos!)(lindos cabellos largos)(y ojos verdosos):
-¿Tiene fuego?
- Tengo, darling, él se sentó a mi lado, dijo que necesitaba a alguien simplemente para pasar una mano por su cabeza, como esos días en que uno telefonea, telefonea y nadie responde del otro lado, y además, ¡llueve sin parar!. Hasta lloro, dijo y contó, también que se sentía un chico pero con imperiosos deseos de vivir una vida adulta e independiente, señalando como principal obstáculo para eso al padre médico del interior que le mandaba su mensualidad hasta que terminara su carrera de Derecho, pero, oh mundo injusto y cuadrado, ése, su progenitor no entendía su irresistible vocación de actor de teatro. A renglón seguido expuso varias teorías sobre el método más eficaz para derribar al establishment, para creer solamente en bang-bang y nada de burocracia,
Estuvimos acariciándonos todo el tiempo con los ojos, nos crucificamos al sol, nos entregamos al mar y salimos coronados de espuma,
Fue inevitable que lo invitáse a tomar un whisky a mi kichinette del Puesto Tres, le di una salida de seda roja para que se sacara su slip mojado, yo me puse una Túnica Indiana Encima de la Piel,
Bajé la persiana para que no nos incomodaran los ojos/lunetas/telescopios y periscopios que se observan desde las mil ventanas de Copacabana,
Y en la penumbra, entre el tintinear del hielo en nuestros vasos, oímos los discos que puse en el tocadiscos: Gal Costa cantando Perla Negra El día que me quieras en la voz pastosa de María Bethania y varios tangos grabados por el propio Gardel,
Me fui poniendo cada vez más sentimental, y le conté mi pasado barroco/mágico/verdadero & mentiroso: viuda de un campeón mundial de automovilismo, protegida de un diplomático griego jubilado, actriz de teatro y cantante de ópera, amante de un japonés, de un turco y de un homosexual riquísimo que me regalo un rubí de la India antes de huir para Hong Kong con un trapecista rubio, y mis viajes por Europa y África donde había observado en un atardecer, en una verde y jugosa planicie marroquí, a camellos y flamencos color de rosa alborotando/volando.
Pero como la vida oscila entre cumbres y ocasos, acabé dactilógrafa en una oficina, revolée la cartera en el Lapa, y en ese momento estaba ganándome la vida como representante/vendedora de productos de belleza,
Mis ojos se llenaron de lágrimas, sufro mucho, darling, le confesé, muero de miedo en la oscuridad y en el ascensor, arrastro como una herida secreta el no haber tenido hijos, me despierto de noche con una insoportable nostalgia de la niñera que me crió cuando era chica, jamás revelo a nadie el día de mi cumpleaños, I´m lonely, darling, y él, tan joven, ¿qué entendería de la soledad?
Entonces, darling, jurándome amor eterno, me besaba y me acariciaba susurrando: estaremos juntos toda la vida no importa la diferencia de edad, mi tío se casó con una mujer 20 años más vieja y los dos vivieron felices para siempre,
Nos sacamos la ropa y nos miramos llenos de ternura, muriéndonos de risa, pero sólo unos instantes porque después nos lanzamos uno en brazos del otro,
El confesó que no había conocido a alguien como yo, a pesar de la efusividad de su vida erótica anterior en la que incluyó a la estudiante flaquita/millonaria con quién practicaba loco sexo acrobático, los dos amándose por las paredes como arañas, o la chica medium que hacía levitar los objetos y mover los picaportes mientras hacía el amor,
Más tarde comimos un pollo que tenía en la heladera y le propuse leer su suerte, elegí una túnica brocado color-de-vino, adornada con ligas doradas, un turbante oriental y, fumando en mi larga y negra boquilla labrada, le tiré las moneditas del I-Ching y las cartas del Tarot:
Vi una rubia perversa y una morena bondadosa, caminos de ida y caminos de vuelta, obstáculos ocasionados por la envidia, un protector importante y un viaje malogrado, peligro de perturbación mental y crisis alucinatorias,
Cómo era de esperar, él se deprimió y yo empecé a cambiarme para salir, elegí un pantalón de terciopelo brillante y la bata bordada con espejitos redondos, me calcé zapatos de suela doble y una pulserita anudada al tobillo como las de Carmen Miranda y arreglé los amuletos, esos dos elefantitos de madera y marfil que me trajo un amigo gurú de la India y siempre uso,
Bajamos al garage del edificio y le exhibí el Karman Guia rojo que heredé del Industrial Venezolano, subimos y fuimos para su departamento-alquilado-por-la-familia-para-que-los-hijos-estudiasen-en-Río, para que darling cambiase su ropa,
La noche cayó como si hubiese bajado el año Dos Mil, mientras corríamos por los terraplenes del Aterro, la radio a todo trapo, yo manejaba con la punta del dedo meñique izquierdo porque con la otra mano lo estaba acariciando,
El estiraba la capa negra para desplegarla por la ventana como bandera la viento y dejó al descubierto el medallón con la estrella/mandala de siete puntas que cuelga de su pecho,
Metí el auto en un desvío y bajamos al Jardín Cerca del Mar, allí improvisamos una coreografía, él se apartaba y volvía corriendo, yo me estiraba en el pasto, la iluminación verdosa y alta amorataba el contorno de nuestros rostros y formaban un escenario inmaterial y ostentoso, como un interior de Toulouse Lautrec,
Pero, como tanta felicidad no podía durar más que unos instantes, partimos para la Conmemoración del Cumpleaños del director de Teatro en cuyo departamento, llenos de mujeres de shorts cortísimos y largas botas negras, yo moría de celos por la Actriz muy Rubia,
Para consolarme, él me presento al Joven Autor Teatral que hablaba sobre su grupo; 17-de-ambos-sexos-muy-jóvenes-y-lindos-ya-dormí-con-todos,
Nos sentamos sobre los almohadones en el piso y después del quinto whisky, darling me preguntó si lo amaba, yo estaba demasiado confusa, le respondí que no sabía, entonces darling empezó a flirtear con la Actrizuela Morena y terminé haciendo una escena ahí mismo, lo amenacé con irme sola pero él decidió seguirme, y así embarcamos en mi auto, cual nave borracha en mar bravío.

***

El lunes lo llamé y le dije que no fuese a la Facultad porque lo precisaba urgente, darling se presentó con un jogging, parecía un chico grande a quién había obligado a faltar al colegio, lo abracé, lo mordí, le dije que jamás había deseado a ningún hombre como a él,
El martes me regaló un pote con castañas al licor de marrasquino y un pequeño barco de plomo pintado y juré y perjuré que iba a tener un hijo con él,
Pero el miércoles, sólo para mostrar que no estaba amarrado, me contó que había estado abrazado con una colega de clase, quién le arañó su brazo,
El jueves decidí vengarme describiendo al protector muy rico y canoso que, en breve, iría a buscar y él me abofeteó.
El viernes me gritó que me sacase la máscara de pintura y se hizo pagar algunas cositas,
El sábado alguien nos informó que su padre venía furioso porque el hijo había perdido el gusto por los estudios y andaba con una Amante Más Vieja al Cuello.
El domingo, él desapareció y yo no le telefoneé.

***

Tiempo más tarde me llegaron versiones de que darling se había vuelto empresario de un conjunto de música pop, o se había hecho líder de un grupo terrorista, o se había casado con una Virgen Avanzada, aquella que no entiende nada de pastillas, "pero si vos querés mi amor, voy mañana al médico", y su padre había ofrecido departamento y automóvil al feliz pretendiente. Y nunca más, nunca más te veré, darling, pero así como hoy el fresco viento de mayo deshace las pisadas en la arena de la playa, también el paso de los días apaga velozmente la marca de los infortunios del amor en Copacabana.

***

(En el presente texto la autora brasileña utiliza -en muchos casos- la coma al final del párrafo, en lugar del punto y aparte. Respetuosos de los originales que publicamos, hacemos esta aclaración para que no se interprete como un error de tipeo).

Agustina Roca